Parece que, por medio de la investigación científica en neurociencia, se está dando la razón a que los momentos de silencio, de tranquilidad, de meditación; lo que en nuestro mundillo denominamos “mokuso”, tiene grandes beneficios para la salud.

Vivimos actualmente un mundo ruidoso y en constante movimiento, hasta el punto que, cuando tomamos un descanso, sentimos que estamos mal vistos, las pausas en el trabajo se han transformado en un signo de debilidad. Es un mundo en el que la productividad es la ley, incluso decimos “tengo prisa tengo que ir a gimnasio”. El cerebro recibe constantemente estímulos; visuales, sonoros, táctiles. La publicidad se encarga de producir cosas que brillan, hacen ruiditos y resbalan. Nos mantienen en un estado continuo de alerta. Este es un MUNDO AGOTADOR.

El cerebro, como cualquier órgano produce productos de desecho que deben ser eliminados, pero no es suficiente con el descanso, hay que añadir SILENCIO. Acostarse con la esperanza de que el ¡clin! del iphone suene, oír música antes de dormir, dormir en un lugar con 50 decibelios de ruido, impiden que la limpieza de las neuronas se realice satisfactoriamente. Las células gliales que envuelven a las neuronas son las responsables de este trabajo, cuando no tienen energía para hacer el trabajo de limpieza, pues ésta se ha agotado en la alerta crónica que la vida moderna reclama, la persona comienza a sentir ansiedad, falta de claridad mental entre otras alteraciones. Según las últimas líneas de algunos trabajos de investigación, el Alzahimer puede tener su origen aquí.

En Japón tradicionalmente se practica el paseo denominado “ shirinyoku” que no es otra cosa que un paseo de dos horas al mes recreándose en los sonidos del bosque; agua, el viento al mover las hojas, pájaros…Ha tenido que venir la ciencia para demostrar científicamente que; un paseo de DOS HORAS de shirinyoku activa la formación de las células limpia las neuronas de productos nocivos para la salud neuronal.

Así pues, queridos profesores y maestros karatekas, no olvidar el mokuso antes de cada entrenamiento (entre 30 y 60 segundos), y hacer una SESIÓN AL MES de meditación, silencio o relajación de una hora. Los beneficios para el sistema neuronal de los alumnos son evidentes: mejora la atención, motivación, sensación de grupo, etc. También se ha demostrado que las defensas contra infecciones víricas como; los catarros, gripes y actualmente el Covid-19, se refuerzan.

En las escuelas de Karate-do tenemos la actividad física y el silencio, dos pilares fundamentales para preservar la salud física y mental. Este es un proyecto magnífico para el año 2021.