Los alumnos que siguen el camino del karate como “do” entienden que quiere decir la frase, la maestría de uno mismo. En este camino las técnicas son múltiples y éstas son utilizadas para ser observadas y meditadas en la acción, por eso cuantas más técnicas más posibilidades para “entrenar” la conciencia que no es otra cosa que hacer “maestría de uno mismo”. Esto requiere de mucho tiempo, a mi me gusta llamarlo “el ki el tiempo”. El que busca en esta línea acaba siendo eficiente que es la capacidad de disponer de un gran arsenal para conseguir un efecto determinado que es, encontrarse a uno mismo. La especialización de una técnica eficaz, es lo contrario; capacidad de lograr algo en la mínima cantidad de tiempo. Ésta última es perecedera y soporta mal el paso del tiempo, aún contando con el prestigio y la aclamación social que de que gozan los medallistas. La otra, la vía para lograr la maestría de uno mismo te acompaña hasta el último momento de tu vida. Es la vía de negociar con las sensaciones y la conciencia. Por eso decimos; “el karate-do como camino de vida, y las katas como vehículo pues están llenas de sensaciones y de conciencia”. El maestro Funakoshi decía, “el karate-do es para toda la vida”.

¿Acabará el olimpismo con los tradicionales modelos del karate-do como son la ética, la moral, la transferencia sensei-alumno, la hermandad sempai-alumno, etc?