La energía unas veces se manifiesta organizadamente y otras como un caos. Cuando lo hace organizadamente, las sensaciones que experimenta el cuerpo son “de bienestar”. Por el contrario, cuando se manifiesta desorganizadamente, entonces la persona experimenta sensaciones confusas, desorientación, dolor emocional e incluso variadas alteraciones físicas y psíquicas que podríamos describir, como: “ malestar”.
Cuando estoy practicando una kata, la historia zen que relararé en el apartado (7), –habrá que esperar dos escritos más, así el ki de los pacientes se vera recompensado…–, viene firme a mi mente. Me hace recordar por qué es tan importante la práctica rigurosa y disciplinada de las katas, y por qué éstos movimientos encadenados van mucho más lejos de lo que el mero ejercicio físico puede ofrecer. Sí, los movimientos gimnásticos que componen las katas son muy importantes, cómo no van a serlo si el organismo es el soporte físico del espíritu humano. Pero, estos movimientos tienen una finalidad –entiendo que la más elevada– : mejorar la salud fisica y mental. “Energía en movimiento”. 
La energía de la que todos disponemos en mayor o menor cantidad no es fácil sentirla: ES FÁCIL MOVERLA, PERO NO SENTIRLA. Los chinos la denominan; “chi”, los japoneses; “ki”, los indios; “prana” los occidentales; “energía”. Sin embargo, a través de los años de disciplinada práctica utilizando el cuerpo como un vehículo y no como un fin, llegará un día cuando se consigue sentir ésta auténtica y pura energía. Quizás esto suceda durante un solo instante, pero será suficiente para “ver-sentir” por primera vez un paisaje interno que no podrá ser olvidado nunca. Es entonces cuando habrás dado el primer paso para llegar al conocimiento de lo más oculto dentro de ti: SENTIR TU PRÓPIA ENERGÍA. La kata nos permite entrar en un estado mental en el que el ser se manifiesta a través de los movimientos que la conforman. En este estado de conciencia el karateka experimenta la comprensión del tan buscado DO: una sensación que te dice “no te mueves tu, algo dentro de ti te mueve”. Es la anulación del EGO lo que permite sentir tu própia energía. A partir de ese encuetro con tu KI, la vida comienza a verse desde un nuevo paradigma: ver el mundo como energía, no solo como formas.
La kata asciende a la dimensión del: ZEN EN MOVIMIENTO. Ésta era la enseñanza final del Maestro Funakoshi. “Ken zen itchi”.