La energía no se siente con claridad durante un viaje, sino al realizar el primer paso y el último. Los intermedios no son más que huellas repetidas del primero. El primer movimiento implica la movilización de una enorme cantidad de energía que es necesario reclutar al tomar la decisión de romper la inercia. En el último movimiento, la sensación (zanchin) debe mostrar toda la energía que hemos movilizado durante la realización de un kata, es el punto y final de una buena história. 
Pero un kata no empieza en el tatami: el tiempo extraído de otros menesteres y el espacio en el que realizamos la practica ya es toda una aventura humana, si a esto le añadimos las barreras que representan: LA PEREZA; la falta de motivación; el cansancio; las lesiones; la timidez; el sentido del ridículo; el miedo escénico…etc, entonces nos damos cuenta de que estamos ante un ejercito de emociones desordenadas que son las auténticas BARRERAS PSICOLÓGICAS que debemos VENCER. La energía que se precisa movilizar para derrocar a estos enemigos es enorme. Con la practica esta energía se va ordenando y llegamos –con el tiempo– a ser capaces de focalizar la energía a voluntad en un punto y en un momento concreto, esto es lo que llamamos kimai. El concepto del kimai no se limita al simple hecho de concentrar toda la fuerza en un punto concreto de la anatomia humana –si nos limitamos a eso, perdemos la posibilidad más noble que encierra el karate: el descubrimiento de las debilidades de uno mismo–. El KARATE-DO va mucho más lejos que dar un tsuki lo más potente posible, el subfijo “DO” se extiende a toda la vida de la persona. 
Hay muchas formas de encontrar el kimai: karate-deporte, karate-salud, karate-pedagógico, karate-psicológico, karate-meditación, karate-social, karate-político, etc. Sí, no es una errata, he dicho “karate-político”; ¿qué es sino lo que hacen los altos cargos deportivos de la FEK? –el silogismo es lejano, pero cierto en nuestro mundillo de katekas–, pues ¡un kata contínuo con todos sus avatares! El aforismo de Newton se cumple a la perfeccion: “la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma”… Por eso pregonamos a los practicates de karate la frase, “en la vida todo es un kata y el karate es para toda la vida”. En la calidad última y más elevada se encuentra el “karate-zen”. En la terminología más conocida por todos los karatekas – poco y mal entendida–: el KARATE-DO. 
La fuerza psicológica que nos proporciona la practica de las katas se manifiesta durante cualquier actividad de la vida y nos falicita la resolución de los problemas empleado los conceptos que encierra cada kata. Analizarlo. Me han preguntado muchas veces “…¿y porqué sigues haciendo katas si ya te las sabes muy bien?”…Suelo contestar con una frase de Oscar Wilde:
“No vivas dando tantas explicaciones, tus amigos no las necesitan, tus enemigos no las creen y los estúpidos no las entienden”.