Cuando encontré el karate-do, no descubrí un sistema al que tenía que adaptarme, sino un arte basado en antiguas tradiciones que se parecía a la idea que por entonces tenía de la vida: una forma mística donde los pensamientos, los sentimientos y todo el mundo producido por el cerebro espiritual podía por medio del movimiento manifestarse físicamente al mundo. Esa “alquimia” se sustanciaba en las katas. Siguiendo este camino las katas se transformaron en el sujeto de meditación y comprendí perfectamente aquel aforismo de los maestros fundadores “ken zen itchi”, “el karate y el zen son unidad”.
Desde entonces todo mi karate se basó en principios filosóficos. Pero, como decía antes…”por medio del movimiento manifestarse físicamente al mundo”. Es decir, llegar a la mente y su momento desde una salud y forma física excelente. Aquí esta la clave de la película que estoy preparando : la parte deportiva del karate son los cimientos desde los cuales podemos manifestar la parte espiritual de la persona.
Los medios modernos de filmación me están facilitando la posibilidad de mostrar el karate-do por medio de imágenes, sonido y escritos. Espero que el tiempo, la salud y el DO me ayuden en el proyecto.