¡Qué triste me he sentido cuando leo que el catedrático de la Universidad de Oviedo J.A. Sacchini en el discurso de la inauguración del curso 2015-16, dice:

“La creencia de que hacer deporte desarrolla valores no es ya sostenible”.

Continuo leyendo con preocupación y sorpresa y descubro que se refiere a deportes que se practican con “algo que bota”, es decir, balones: fútbol, baloncesto, balonmano. Menos mal. Es cierto, estos tres deportes están considerados multitudinarios, los medios de comunicación se alimentan de ellos, los falsean con frases como ¡goooooooooooooooool!, onomatopeya estúpida de 1 minuto, y las casas comerciales los ceban. También son utilizados políticamente y vemos hinchadas vandálicas destrozando, insultando e incluso matándose entre ellos…

El profesor Sacchini continuó diciendo:

“La creencia de que la práctica deportiva sin más permite aprender a cooperar con los compañeros de equipo, negociar y dar soluciones a los conflictos morales, a desarrollar el autocontrol, la constancia y la justicia, no es sostenible hoy en día”.

Entonces me dije: “Pero hombre, si eso palabra por palabra lo que enseñamos los maestros de karate-do desde siempre”.

El Catedrático se afianza en su discurso:

“Reclamo políticas educativas que enseñen a practicar y consumir deporte y una formación específica para los educadores/entrenadores/maestros)”

Y es aquí donde comencé a sentir una amplia sonrisa de suficiencia porque la FEK lleva …….años realizando cursos de formación de Educadores/Entrenadores/ahora, Técnicos (de los cuales tengo el honor de ser profesor titular de la asignatura de Preparación Física), y llegando a este punto, el Profesor Sacchini alcanza la cuadratura de círculo;

“…con estrategias adecuadas para intervenir satisfactoriamente en valores a través del deporte, una singularidad ésta que no se incluye en la mayoría de la facultades de formación de profesorado”.

Perfecta definición de lo que la FEK lleva realizando desde hace décadas y el echo de que los efectos del ejercicio físico sobre la moral y el autocontrol son valores tópicos se han venido demostrando desde hace más de cien años. Cualquiera que haya presenciado la estética, la presencia, el respeto, la capacidad de entrega y de sacrificio que se manifiesta en cualquier Dojo de Karate-Do, o incluso en cualquier campeonato, se da cuenta de que la deportividad (nosotros los karatekas preferimos decir, “el DO”) adquirida en los Dojos sí se transmite automáticamente a otros ámbitos de la vida cotidiana y no solo para “edulcorar el movimiento olímpico”. Dojo quiere decir, “ lugar donde se alcanza el conocimiento”.

Profesor Sacchini, mejor decir “algunos deportes” que “todos los deportes”. Y es que nuestro “deporte”, no lo es, es un Arte que utiliza el deporte para poder expresarse desde una buena preparación física. Las Katas son la expresión sublime de esta aseveración.

En el siguiente escrito, relataré, por primera vez, una triste experiencia que cambió totalmente mi concepto del valor ético y moral del deporte y del karate-do.