La conversación es la base de todo proceso humano. Es la base de los negocios, de la democracia, de la empatía, la amistad, el amor, el aprendizaje e incluso la productividad está basada en una buena comunicación verbal. Si perdemos la comunicación verbal perderemos aquello que nos diferencia de otras especies; la humanidad. En la actualidad, especialmente los jóvenes, esperan mucho más de la tecnología que de la comunicación “de boca en boca”. La inmediatez 4G está logrando transformar “la… conversación” en “la… conexión”. Esto conduce a la sensación de que; “no se expresar lo que pienso, no se me ocurre nada, nadie me escucha, pero… estoy conectado con 100 amigos”. Esto sucede porque al joven no se le enseña a conectar verbalmente , sino que desarrolla un reflejo animal condicionado (Pávlov); sentir que tiene una necesidad obsesiva por estar “conectado”.

Cuando “hablamos” disponemos de dos formas para comunicar: la ORATORIA y el DISCURSO. Sucede lo mismo cuando “kateamos”; hablamos con el cuerpo utilizando el lenguaje del kata y cada kata tiene un mensaje (discurso) diferente. Disponemos de dos formas para comunicar en el karate: LA COMPETICIÓN Y EL DOJO. En la competición se practica el grado más alto de perfección técnica (académico); su equivalente en la comunicación verbal sería la oratoria (académica). En el dojo las kata–do que tienen un sentido dirigido a la formación de los valores psico-físicos de la persona; es un discurso realizado con el cuerpo que se realiza por medio del camino de las katas-do.

No es este un escrito para enumerar y describir los síntomas patológicos que cortejan la falta de comunicación verbal, sino de qué manera puede el Karate-do ayudar notablemente a paliar esta pandemia moderna.

PROCEDIMIENTO:

Esquema básico: motivación, proyecto, programa, coloquio.
1. Al inicio de la clase el Maestro debe transmitir MOTIVACIÓN específica sobre lo que debe el alumno observar durante el entrenamiento. (discurso breve y concreto).
2. Se propone un PROYECTO claro de lo que se va a realizar.
3. Se realiza el PROGRAMA.
4. Al inicio de la clase se elige a uno o dos alumnos (cada día diferentes), para que al final expresen verbalmente durante un máximo de un minuto cada uno (por separado), lo que han sentido, experimentado, pensado, aprendido, durante la realización de un kata, etc. No se juzgará lo que argumente; solo se escuchara atentamente y al acabar su discurso se le dará las GRACIAS y un REI!

ERRORES:
1. Muchas clases se inician sorprendiendo al alumno; esto provoca desconcierto y ansiedad.
2. Si no hay proyecto, el cerebro del alumno no dispone de puntos de referencia que le valdrán para autoevaluarse.
3. Si no hay programa y las clases se dan “según le apetezca al profesor”, es como leer un libro empezando por la mitad, luego me voy al final y después al principio, un lío. Tampoco, encadenamientos memorísticos que conducen a la frustración.
4. Si no se enseña al alumno a sentir que lo que argumenta es escuchado y gratificado públicamente y no se le da las gracias; estaremos perdiendo una posibilidad de oro para educar la sociabilidad de los alumnos por medio de la PALABRA.